Todavía persiste una creencia errónea muy extendida sobre el pan integral y su relación con el peso corporal. Muchos afirman que el pan integral engorda menos que el pan normal, lo que les lleva a consumirlo sin moderación. Sin embargo, los expertos en nutrición aclaran que esto no es así, y que la confusión se debe principalmente al desconocimiento sobre los hidratos de carbono.
Los cereales integrales y los refinados aportan la misma cantidad de calorías, pero se diferencian en el tipo de hidratos de carbono que contienen. Los cereales integrales son ricos en hidratos de carbono complejos, que tardan más en convertirse en glucosa y ser asimilados por el organismo, lo que aumenta la sensación de saciedad. Por otro lado, los cereales refinados contienen hidratos de carbono simples, que se absorben rápidamente y generan picos de glucosa en sangre. A pesar de tener el mismo aporte calórico, el pan integral presenta varios beneficios en comparación con el pan blanco:
Mayor saciedad y control del apetito
Gracias a su contenido en fibra y a la absorción más lenta de los hidratos de carbono complejos, el pan integral promueve una mayor sensación de saciedad. Esto puede ayudar a controlar el apetito y a evitar el consumo excesivo de calorías a lo largo del día.