Hace tan sólo 30 años, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se consideraba una patología rara. Ahora, con la tecnología diagnóstica que tenemos disponible, sabemos que la realidad es otra: según las evidencias, afecta a más de 360.000 personas en España, un 1% de la población.
Así lo explica la Confederación ACCU de Crohn y Colitis Ulcerosa, que también incide en que el diagnóstico de la condición puede resultar complicado y tardío debido a la sintomatología variada e inespecífica. De hecho, apunta esta organización, algunos estudios recientes llevados a cabo en Europa han revelado que el 45% de los nuevos pacientes de EII tardan más de un año en recibir un diagnóstico; en un 17% de casos, la demora puede alcanzar los cinco años.
Un término paraguas, muchas condiciones diferentes
En realidad, precisa la Clínica Mayo de Estados Unidos, el término ‘enfermedad inflamatoria intestinal’ engloba una serie de afecciones que se caracterizan por provocar hinchazón e inflamación en los tejidos del tracto digestivo. Entre ellas, hay dos que son claramente las más comunes: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Por un lado, la colitis ulcerosa causa inflamación y llagas (úlceras) en el recubrimiento del colon y el recto; por el otro, la enfermedad de Crohn se caracteriza por la inflamación del recubrimiento del aparato digestivo,
 
 
