La diabetes de tipo II es una condición por la que el cuerpo no es capaz de producir suficiente insulina, una hormona necesaria para que las células puedan aprovechar la glucosa que llega a la sangre desde el tracto alimentario. Se trata de un problema muy ligado al estilo de vida (y por tanto, con un componente prevenible) y que puede tener serias complicaciones.
El riesgo, no obstante, no es el mismo para todos los pacientes con diabetes de tipo II. Así lo concluye un estudio llevado a cabo por la Universidad de Lund (Suecia), que apoya la noción que los pacientes con esta enfermedad deberían ser divididos en subgrupos de cara al tratamiento.
Cuatro subgrupos de riesgo
Tal y como explican los autores del trabajo en la publicación especializada Diabetes Care, los pacientes con diabetes de tipo II muestran una serie de diferencias epigenéticas (es decir, en los mecanismos que regulan la expresión genética) que se asocian con diferentes niveles de riesgo de desarrollar algunas complicaciones graves comunes de la enfermedad, como ictus, infarto o enfermedad renal.
Concretamente, los pacientes pueden ser divididos en cuatro subgrupos distintos en base a estas diferencias epigenéticas; de esta manera, sus perfiles actúan como marcadores del riesgo de cara a la personalización del tratamiento.