Coloquialmente se habla de labios azules cuando pasamos mucho tiempo en el agua y se produce una disminución térmica corporal que lo provoca. La sangre, que transporta oxígeno, se vuelve azulada. Al salir del agua, todo vuelve a la normalidad en unos minutos. ¿Pero si esa decoloración aparece sin esta exposición al frío? Se denomina cianosis y puede esconder una malformación cardíaca.
Uno de los contextos clave donde apreciar esta malformación congénita, llamada anomalía de Ebstein, es en el caso de los recién nacidos. Es posible que al nacer lo manifiesten con los labios azulados y se confirme el diagnóstico. También puede debutar durante la lactancia, cuando lloran o se alimentan y ese síntoma está indicando el esfuerzo cardíaco. La raíz es la falta de oxigenación adecuada, manifestándose inicialmente en labios, lechos ungueales y piel.
¿Qué es la anomalía de Ebstein?
La anomalía de Ebstein es una enfermedad que destaca por su rareza y complejidad. Se estima que afecta aproxidamente a uno de cada doscientos mil recién nacidos. Se trata de un defecto congénito que afecta la válvula tricúspide, encargada de regular el flujo sanguíneo entre la aurícula y el ventrículo derechos. Dicha válvula está desplazada y se vuelve deforme, lo que provoca fugas de sangre,