España destaca por muchas cosas, una de ella es su gastronomía y esas pequeñas costumbres que parecen compartirse en los hogares. Más allá de esas recetas que pasan de generación en generación y que parecen tener modificaciones mínimas, pero nunca ser iguales en dos casas, también encontramos costumbres compartidas, como la de comer con pan.
No es raro que, gracias a esas pequeñas manías, se tome una cantidad diaria de pan mayor de la recomendada, no tanto por ese pedazo de pan que se usa durante la comida, sino porque a este se suma el que se toma en el desayuno o la merienda, donde no es poco frecuente tomar un pequeño tentempié. Este exceso de pan puede tener consecuencias para la salud, como un aumento del peso o del riesgo de desarrollar algunas enfermedades, pero también problemas digestivos. Por suerte, no todos los panes son iguales y el pan de masa madre no solo nos evita este problema, sino que también favorece la digestión, entre otros beneficios.
Pan de masa madre: favorece la digestión y regula la glucosa
La masa madre es un tipo de levadura natural, es un fermento elaborado a base de harina y agua y que no contiene ningún tipo de levadura añadida, solo con las que contiene la harina (así como bacterias) ya hace su efecto.