Es una de las grandes preocupaciones de los padres desde que el bebé llega a casa. Durante el embarazo se han preparado para pasar noches enteras sin dormir y al mismo tiempo esperan tener la suerte de que la criatura siga el ciclo circadiano lo antes posible. La lactancia materna y la amenaza del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) son algunas claves a tener en cuenta para decidir sobre el colecho.
Se trata de una cuestión controvertida que divide a padres y madres entre los que apuestan por compartir cama con sus hijos sin una fecha concreta para poner fin a esta práctica, y los que prefieren seguir las recomendaciones pediátricas generales, es decir, que la criatura descanse es un espacio diferenciado, bien en una cuna separada o bien en una cuna de colecho (pegada a la cama de sus progenitores).
Aunque se han hecho investigaciones sobre las opciones más adecuadas, lo cierto es que no existe evidencia científica sobre cuán recomendable o no sea el colecho. Revisiones recientes han sugerido la relación entre compartir cama y el SMSL en progenitores fumadores, pero no es tan patente cuando estos no fuman. También se apunta a la lactancia materna como un factor favorable para apostar por el colecho siempre que no se produzca antes de los seis meses del bebé.