Un trabajo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado la estructura atómica del complejo proteico que utiliza el virus bacteriófago T7 para perforar la pared bacteriana y replicarse en el interior ‘Escherichia coli’, una de las bacterias más problemáticas resistente a antibióticos de primera línea.
El hallazgo, publicado en la revista científica ‘Proceedings of the National Academy of Sciences‘, abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias contra las resistencias bacterianas, causantes de muchas infecciones contraídas en centros hospitalarios.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si no se toman medidas, en 2050 se alcanzarán los 10 millones de muertes anuales provocadas por microorganismos resistentes a los antibióticos. Una de las alternativas más novedosas para paliar este problema consiste en utilizar unos virus denominados bacteriófagos o fagos como fármacos que infecten a las bacterias y acaben con ellas. Al unirse a la bacteria, el virus introduce su material genético y se multiplica, generando nuevos fagos que pueden infectar a otras y dar lugar a una reacción en cadena que elimina el patógeno.
«Los bacteriófagos representan un caso extremo de optimización del proceso infeccioso. Debido a la complejidad y resistencia de las células bacterianas, estos virus necesitan perforar no solo la membrana celular,