Tras un verano en el que han correteado alegres y sanos por los parques, playas y campos de España, llega el momento de que los más pequeños se concentren en un aula y compartan no solo la ilusión del nuevo curso sino también algún que otro irremediable virus. Las familias se ponen en alerta porque en muchas ocasiones estos microorganismos, sobre todo de tipo respiratorio y digestivo, circulan hasta los hogares. ¿Se puede hacer algo para prevenirlos?
Los niños pasan la mayor parte del día en el aula, compartiendo material escolar y juguetes, y este es el contexto donde el virus respiratorio sincitial (VSR) campa a sus anchas porque se contagia a través del contacto con partículas de la nariz y la garganta cuando el infectado tose y/o estornuda, aunque también a través de secreciones respiratorias que se depositan en superficies y materiales.
El VSR no solo afecta en edad escolar sino también a bebés, siendo casos más preocupantes porque pueden desarrollar síntomas graves. Dada la alta incidencia registrada en los últimos años, las autoridades sanitarias han protocolizado una vacuna para menores de 3 años que ha sido todo un éxito ya que ha conseguido rebajar las tasas de hospitalización.
En cuanto a la gastroenteritis viral,