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  • Demasiadas veces el etiquetado nutricional de los alimentos es un jeroglífico y de letra pequeña.
  • Debe aparecer el valor energético, grasas totales y saturadas, los hidratos, azúcares, proteínas y sal.

Supermercado

«Las etiquetas de los alimentos son jeroglíficos». Lo dice Boticaria García, alguien que se dedica a darnos consejos para mejorar nuestra salud. Para poder realizar una compra sana, una buena elección alimentaria, debemos saber interpretar el etiquetado nutricional de los productos. Pero ocurre eso, que muchas veces son jeroglíficos y de letra pequeña.

La Unión Europea estableció en su día un reglamento (el 1169/2011) sobre la Información Alimentaria Facilitada al Consumidor. Su finalidad es proteger la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información para así poder tomar decisiones consecuentes y responsables. Estas normas mejoran el etiquetado en todos los productos, envasados y no envasados, para que porporcionen información útil, legible y comprensible al consumidor.

Gráfico sobre el etiquetado de alimentos

En función de ese reglamento, en España, desde 2016, la información nutricional debe contener de forma obligatoria:

  • Valor energético
  • Grasas totales
  • Grasas saturadas
  • Hidratos de carbono
  • Azúcares
  • Proteínas
  • Sal

Para leer bien las etiquetas (si la vista nos los permite, porque muchas veces, la mayoría, la letra sigue siendo demasiado pequeña) hay que seguir algunas pautas. Consejos sobre cómo hacerlo se encuentran en el manifiesto ‘Por un consumo responsable de azúcar’, elaborado por DKV y el nutricionista Carlos Ríos, creador del movimiento Realfooding.

En resumen, estas que siguen son sus recomendaciones:

No mires sólo la portada
Hay que evitar quedarnos con la parte frontal del producto. El colorido del envase, las ofertas o reclamos que sugieren propiedades saludables del producto pueden influir en las decisiones de compra.

No te guíes por las etiquetas
Los términos “light”, “zero”, “0%”, “ecológico” “bio” “integral” o “natural” no hacen referencia al procesamiento del producto. Por ejemplo, se puede considerar “natural” un producto cargado de azúcar, o un producto “sin azúcar” que esté lleno de aceites industriales.

Dale la vuelta
Dar la vuelta al producto y leer la lista de ingredientes y la tabla de valores nutricionales.

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