Hablar de intimidad en las relaciones hace referencia a una sensación especial de cercanía con la otra persona, que se circunscribe sobre todo al terreno emocional y que tiene que ver con la tranquilidad y la certeza de que, en ese ‘lugar’, puedo actuar como realmente soy, expresar todo aquello que no muestro habitualmente.

Es cierto que en ese ‘lugar seguro’ en el que desarrollamos nuestra intimidad desarrolla sus propios códigos, siempre diferentes y siempre conectados con los dos miembros de la pareja. Para entender cómo se vive este espacio de las emociones, y cómo podemos desarrollarlo de la mejor manera hemos consultado a dos psicólogos que nos explican cuáles son los mejores ‘ingredientes’ y la manera correcta de ‘cocinarlos’.

Intimidad emocional, física o intelectual

María José Arregui, psicóloga sanitaria del consultorio profesional online Estar Contigo Terapia, comienza exponiendo que «cuando hablamos de intimidad, nos referimos en realidad a esa sensación de cercanía con otra persona, especialmente una cercanía de tipo emocional. Es una sensación fundamental y tiene que ver con sentir que puedo hablar o expresar emociones que no muestro habitualmente en otros ámbitos ni con otras personas».

Pero no sólo se limita a la intimidad emocional, que también, sino que podemos desarrollarla en otros ámbitos, «como por ejemplo en el plano físico.

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