Las personas que comen despacio, o muy despacio, están acostumbradas a recibir comentarios jocosos o incluso despectivos sobre ello. No solo en España sino en términos generales, dados los ritmos laborales y vitales, se come demasiado rápido, muchas veces incluso frente al ordenador, sin la calma necesaria para este proceso. Científicos japoneses han descubierto que la masticación relajada no solo es lo más recomendable a nivel digestivo sino que además regula el peso corporal.

Comer despacio no solo se refiere al tiempo que se emplee en la comida en sí sino en dedicar el tiempo necesario a masticar, primera e importantísima fase del proceso digestivo. Realizarlo de la forma correcta tiene varios beneficios, como favorecer la absorción de nutrientes y reducir el riesgo de gastritis por el ph alcalino de la saliva que equilibra la acidez. En el plano de lo sensorial, una deglución tranquila también favorece disfrutar mejor de cada alimento: textura, sabor y olor.

Tras estudios previos, un equipo científico de la Universidad de Waseda en Japón han podido identificar qué mecanismo se activa si la masticación es correcta y que además se aumenta el gasto calórico, lo que desemboca en favorecer la pérdida de peso.

La clave es el gasto de energía mientras comemos

El estudio incide en un término clave: la termogénesis.

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