El juego y los juguetes son dos de los elementos fundamentales del llamado enriquecimiento ambiental para gatos. Bajo esta etiqueta se reúnen una serie de factores que conviene implantar en el entorno donde conviven y que ayudan a mejorar el bienestar físico y psíquico de todo felino: aquellos que favorecen el juego pero también los que potencian su relación positiva con las personas, una alimentación de calidad y los recursos necesarios para su vida, los estímulos sensoriales (visuales, olfativos…) y un ambiente seguro.
¿Y por qué es tan importante que fomentemos el juego con nuestros animales? Porque los gatos por naturaleza nacen con un instinto depredador y es básico que esté saciado para que no se estresen, ni se aburran ni tengan carencias a nivel de estimulación. El juego, la interacción humano-gato y un ambiente enriquecido en juguetes son la mejor vía para que emulen estas situaciones de caza, para que desarrollen sus capacidades cognitivas y físicas como es debido, para reducir el riesgo de obesidad así como comportamientos indeseables como el marcaje.
Los expertos recomiendan participar activamente en estos juegos – algo que va a reforzar de forma notable ese vínculo tan especial que tenemos con una mascota– y que se realicen de la forma más cuidadosa posible -evitando objetos que puedan hacer daño al animal- y teniendo muy en cuenta su edad.