La hidratación diaria es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Es imprescindible. En el caso de un adulto sano una deshidratación del 2,8% del peso corporal implica una disminución de la concentración, del rendimiento físico, de la memoria a corto plazo y un aumento del cansancio y las cefaleas.
Tomar agua, ese gesto tan sencillo y cotidiano, es una poderosa herramienta de prevención de las enfermedades. Beber agua nos ayuda a mantenernos sanos. Pero hay algunas afecciones muy sensibles al agua; vamos que hidratarnos nos ayuda especialmente en su caso.
Las que siguen son cinco enfermedades que vamos a prevenir (en buena medida) si bebemos suficiente agua.
Asma y alergias
La buena higiene y el consumo de agua ayudan a prevenir las enfermedades las infecciones respiratorias agudas. Si nos hidratamos mal, la falta de fluidos estimula la producción de secreciones y estrecha las vías respiratorias. Estas condiciones pueden provocar un ataque de asma en personas con predisposición a tener esta enfermedad.
Además, a las personas que sufren de alergias estacionales se les recomienda aumentar algo su consumo de agua para que la mucosidad se diluya bien y se drenen los senos paranasales. No evitarán la respuesta alérgica, pero pueden aliviar los síntomas y molestias.
Rendimiento cognitivo
Nuestro cerebro necesita gimnasia mental,