Uno de los grandes peligros del cambio climático reside en las enfermedades, dormidas y ocultas desde hace mucho tiempo, a las que podría volver a despertar.
Puede sonar extraño, pero el cambio climático puede permitir por ejemplo que los humanos entren en contacto con especies animales antes remotas que transmitan nuevas infecciones. O, también, el deshielo de zonas antes siempre heladas puede crear las condiciones para que patógenos sepultados retornen a la superficie y empiecen a replicarse.
El virus más antiguo revivido hasta el momento
Esta última amenaza es a la que intenta anticiparse un grupo de científicos de la Universidad Aix-Marseille que ha revivido e identificado 13 virus de diferentes clados a partir de muestras recogidas en el permafrost siberiano. El más antiguo de ellos tiene nada menos que 48.500 años, lo que lo convierte en el virus más antiguo que ha podido ser revivido hasta el día de hoy.
Concretamente, detallan en un manuscrito publicado en el servidor bioRxiv, estos virus infectan amebas, un tipo de protistas unicelulares (de hecho, esta especificidad es intencionada) y son inofensivos para las personas. Pero la investigación, no exenta de polémica, demuestra en opinión de los autores que los virus congelados hace decenas de miles de años pueden ser aún patógenos activos y que esto da cuenta del grave riesgo que el deshielo del permafrost entraña para los seres humanos.