La transición del invierno a la primavera (aunque en España está siendo un poco ‘diferente’ este año), con el aumento de las temperaturas y de las horas de luz, provoca en nuestro organismo una serie de variaciones en el estado de ánimo, la energía, y en muchos casos problemas para conciliar el sueño. Se trata de ajustes fisiológicos que afectan a nuestros ritmos circadianos, y que necesitan de un tiempo para encajar en su sitio.

La psicóloga sanitaria Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, explica por qué el cambio estacional nos afecta tanto, pudiendo provocar dolores de cabeza, inquietud, insomnio… hasta que el cuerpo se adapta a la nueva situación. El impacto en el bienestar emocional es un hecho, y le sucede a la mayoría de los ciudadanos.

Así afectan los cambios de la primavera al ritmo circadiano

Pilar Conde comienza explicando que «la adaptación al cambio de horas de luz, la subida de las temperaturas, las nuevas rutinas… son los principales factores que suelen generar un mayor impacto en nuestro bienestar emocional».

Y es que, puesto que se incrementan las horas de luz en primavera, pueden aparecer la ansiedad y el insomnio como señales ‘de protesta’ de nuestro cuerpo. La psicóloga lo define de la siguiente manera: «El ritmo circadiano de sueño-vigilia,

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