La inflamación es un mecanismo que pone en marcha el sistema inmune del organismo para combatir agresiones externas, como patógenos, traumatismos, toxinas, etc. Se trata, por tanto, de un proceso beneficioso para nuestro organismo en determinadas circunstancias, pero, que si se prolonga en el tiempo, se convierte en lo que se denomina inflamación sistémica, un estado que nos hace más vulnerables a determinadas enfermedades y nos hace envejecer prematuramente.

Para controlar o no favorecer esta inflación sistémica, que además se agudiza según cumplimos años, podemos hacer muchas cosas: ejercicio, descansar lo suficiente, evitar el estrés y, sobre todo, alimentarnos correctamente. Hasta tal punto es importante que la nutricionista Beatriz Larrea asegura que “la alimentación determina los parámetros de inflamación funcionando como los bomberos o como una ola vandálica que destroza todo allí por donde pasa”. Pero, ¿hay alimentos anti y pro inflamatorios o simplemente se trata de comer sano? Como veremos, las dos respuestas son correctas…

¿Cómo debe ser la dieta antiinflamatoria?

Efectivamente, llevar una dieta sana y equilibrada nos ayuda a controlar la inflamación sistémica, y por dieta equilibrada cada vez hay más consenso de que debe cumplir una serie de características sencillas: favorecer el consumo de alimentos vegetales sobre los animales, tomar sobre todo frutas y verduras frescas, hidratos de carbono integrales, legumbres, frutos secos,

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