La Ley de Atención Sanitaria Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) fue una reforma imperfecta e incompleta. Los compromisos políticos necesarios para sacarla adelante en el Congreso crearon un sistema complejo que dejaba fuera a demasiada gente. Su financiación también era insuficiente, y por eso, los copagos son a menudo dolorosamente elevados. Y la ley ha sido saboteada por los Gobiernos estatales controlados por el Partido Republicano, y desde 2017, por el Gobierno de Trump.

Sin embargo, a pesar de todo eso, la ley ha mejorado enormemente las vidas de muchos estadounidenses, y, en muchos casos, ha salvado vidas que, de otra manera, se habrían perdido por una atención sanitaria inadecuada. Los progresos han sido más espectaculares en los Estados que han intentado que funcione la ley. Antes de que la ACA entrase en vigor, el 24% de los adultos californianos que eran demasiado jóvenes para disfrutar de Medicare no estaban asegurados. Actualmente esa cifra ha descendido hasta el 10%. En Virginia Occidental, los no asegurados pasaron del 21% al 9%. En Kentucky, cayeron del 21% al 7%. En general, aproximadamente 20 millones de estadounidenses que no habrían tenido seguro sanitario sin la ACA ahora lo tienen.

Por otro lado, ninguna de las alarmantes predicciones que hicieron los conservadores sobre la ley se ha cumplido. No hundió el presupuesto, y, de hecho, los déficits han disminuido de manera constante incluso cuando la ACA entró en vigor. No ha disuadido a los trabajadores de aceptar trabajos: el empleo de los estadounidenses entre 25 y 54 años vuelve a ser como antes de la crisis económica. Y a pesar de los denodados esfuerzos de Donald Trump por socavarlo, el sistema no está en una “espiral mortal” porque las aseguradoras ganan dinero y las primas se han estabilizado.

A pesar de los esfuerzos de Trump por socavarlo, las aseguradoras ganan dinero y las primas se han estabilizado

En resumidas cuentas, el Obamacare es un éxito. Y los ciudadanos estadounidenses desaprueban en gran medida los intentos republicanos de destruirlo, que se podría decir que es la principal razón por la que a los demócratas les fue tan bien en las elecciones de mitad de mandato.

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