Un equipo multidisciplinar de científicos ha desarrollado y probado en personas y ratones unas lentes de contacto que convierten la luz infrarroja en luz visible y permiten la visión nocturna, incluso con los ojos cerrados. Las lentes, diseñadas por un equipo de neurocientíficos y científicos especializados en materiales de China y de la Universidad de Massachusetts, no necesitan una fuente de energía y permiten al usuario recibir múltiples longitudes de ondas infrarrojas a la vez.
Y es que, al ser transparentes, permiten que los usuarios puedan ver tanto la luz infrarroja como la visible simultáneamente, aunque la visión infrarroja mejoraba cuando los participantes tenían los ojos cerrados, según apuntan los autores del estudio, publicado este jueves en la revista Cell Press.
«Nuestra investigación abre la posibilidad de que dispositivos portátiles no invasivos doten a las personas de supervisión«, ha afirmado el autor principal, Tian Xue, neurocientífico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China. «Hay muchas aplicaciones potenciales para este material. Por ejemplo, la luz infrarroja parpadeante podría utilizarse para transmitir esta información en entornos de seguridad, rescate, encriptación o lucha contra la falsificación», detalla.
Nanopartículas que detectan luz
La tecnología de lentes de contacto utiliza nanopartículas que absorben la luz infrarroja y la convierten en longitudes de ondas visibles para los ojos de los mamíferos.