Marrones, verdes, azules, negros… el color de los ojos de un bebé al nacer no admite discusión, puesto que una inmensa mayoría de ellos tienen los ojos grises en el momento del alumbramiento. Durante los primeros meses de vida, los niños van a continuar con este color de ojos, para cambiarlo más adelante. ¿Por qué se produce esta uniformidad, si cada bebé tiene una genética diferente?

La explicación científica de este fenómeno es que las células que se van a encargar de definir el tono aún son inmaduras, no llevan a cabo su función como deberían y, además, deben adaptarse progresivamente a la luz del sol. Hablamos de los melanocitos, que se irán activando con la luz del sol hasta producir la melanina, que les otorgará un tono más claro o más oscuro a sus ojos.

¿Por qué casi todos los bebés nacen con los ojos grises-azulados?

En el momento del nacimiento, los melanocitos del bebé aún son extremadamente inmaduros, y no están preparados para producir melanina puesto que el pequeño ha estado a oscuras en el vientre materno durante nueve meses. Por ello, no ha tenido la necesidad de desarrollar estas células responsables del color del iris.

Poco a poco, con el transcurso de los primeros meses de vida del niño,

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