La neumonía, que afecta cada año en España a más de 100.000 personas, es una infección de los pulmones que provoca inflamación y que se llenen de pus los saquitos de aire situados en ellos (y llamados alveolos). Los síntomas más comunes son fiebre, dificultad para respirar y pérdida de apetito, lo que debería ser suficiente para consultar al médico y empezar a atajar este problema de salud.
A pesar de que para la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad respiratoria no va a ser un proceso excesivamente grave, una de cada cinco van a necesitar hospitalización, en muchos casos por no haber atendido a las señales a tiempo. Para recortar los tiempos de recuperación, existen una serie de medidas que podemos llevar a cabo en casa y que van a hacer que la neumonía desaparezca antes y sin dejar secuelas.
¿Cómo sospecho que puedo tener neumonía?
Generalmente, la neumonía está provocada por bacterias, aunque ocasionalmente puede ser un virus el causante. En cualquier caso, los síntomas a los que deberíamos prestar atención son: dificultad para respirar con normalidad, fiebre, una fatiga inexplicable al mínimo esfuerzo, dolores de cabeza, pérdida de apetito, dolor en el pecho y tos, que puede ser con o sin mucosidad.
Si observamos cualquiera de estas señales de alerta,