Mucha gente busca en el yoga una práctica que asegure un momento de desconexión y relajación después de rutinas frenéticas y tensiones diarias. Pero también hay personas que recurren a él porque padecen ciertas patologías o bien para corregir episodios de insomnio. Si lo que queremos conseguir es mejorar la calidad de sueño, hay cinco posturas sencillas que dan resultado.
La ciencia se ha acercado al mundo del yoga para intentar monitorizar los beneficios para la salud que pueden conseguirse con una práctica continuada. En el terreno del sueño, se han realizado estudios sobre las posibles mejoras tanto de la calidad como del tiempo total de descanso o el tiempo en el que los participantes se quedaban dormidos.
Una práctica de intensidad leve en un contexto de relajación beneficiará sin duda a que el sueño sea de mayor calidad. En otras palabras, invertir la rutina más habitual en la que caemos tras una jornada laboral estresante: cena no del todo sana, quizás alcohol, horarios tardíos y consumo de pantallas antes de dormir.
1. Flexión hacia adelante
La postura comienza de pie, con los pies separados a la altura de las caderas. A continuación, inhala mientras levantas los brazos hacia arriba y hacia afuera hasta que se junten por encima de la cabeza.