Cada vez está más extendido el consumo de alternativas a la leche de vaca, con productos vegetales como la leche de soja, la leche de almendras o la leche de avena. Ya incluso las vemos en la mayoría de los bares y cafeterías.

Pero pese a que en teoría son alternativas saludables a la leche tradicional, también pueden tener sus contraindicaciones. Es el caso de la leche de avena: muchos expertos están recurriendo las redes sociales para desaconsejar su uso, después de que algunas investigaciones hayan sugerido que podría no ser tan buena como se creía.

¿Es realmente tan mala la leche de avena para nosotros? «La leche de avena está compuesta casi exclusivamente por carbohidratos«, afirma la especialista en nutrición Sarah Carolides en un reportaje publicado por el Daily Mail.

«Hay entre 15 y 20 gramos de carbohidratos en un vaso de leche de avena, en comparación con los ocho gramos de carbohidratos que hay en un vaso de leche de vaca», afirma la experta.

«Esto significa que tiene muchas calorías pero muy pocas proteínas, por lo que no te saciará por mucho tiempo. Y luego están los emulsionantes, que evitan que la leche de avena se separe, los edulcorantes y otros aditivos que se encuentran en las marcas comerciales.

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