Trabajar nuestro físico a través del entrenamiento regulado y adaptado a nuestras circunstancias tiene muchos beneficios demostrados para la función cerebral, entre los que podemos citar la mejora de la memoria, la eficiencia y la atención. Además, la actividad diaria es capaz de reducir la ansiedad y, como consecuencia, el riesgo de sufrir depresión gracias a que provoca el aumento de la serotonina (hormona de la felicidad).
El autocontrol y la satisfacción sexual también se encuentran entre las consecuencias de la práctica de ejercicio físico. Así pues, podemos asegurar que la actividad física tiene beneficios clarísimos en la salud física y en la mental. Y no lo decimos nosotros, sino el doctor Chema González de Echávarri, neurólogo.
¿Cuánto ejercicio debo practicar para obtener sus beneficios?
La Organización Mundial de la Salud recomienda la práctica habitual de actividad física un mínimo de 150 minutos a la semana, aunque también añade que lo ideal es hacer una hora diaria de deporte, para notar realmente sus efectos sobre nuestro cuerpo y la mente.
La actividad física mejora la función cognitiva porque estimula la circulación sanguínea en los circuitos neuronales que están implicados en ella, liberando más oxígeno en los tejidos cerebrales y reduciendo la tensión muscular en la zona.