Las modificaciones corporales como los piercing o los tatuajes se han hecho un hueco (y uno muy grande) en sociedades en las que antaño no eran tan populares, como es el caso de la Española. Cada vez son más las personas que lucen alguna de estas decoraciones, y sin embargo muchos desconocen que pueden requerir algunos cuidados especiales.
Tatuajes nuevos
En el caso específico de los tatuajes, los riesgos para la salud (¡y para su aspecto!) que conlleva el verano varían en buena medida de si nos lo hemos hecho recientemente o ya está bien curado, y por tanto es de esto de lo que depende cómo deberemos protegerlos.
Por ejemplo, en el caso de los tatuajes nuevos, debemos recordar que se trata de una herida nueva, y por tanto el proceso de curación y cicatrización puede verse afectado por elementos como la exposición al agua y a microorganismos, a elementos externos (como arena) y a la radiación solar.
Durante esta fase, lo mejor en principio es simplemente mantener el tatuaje seco y limpio, lavándolo con agua y jabón neutro o antibacteriano dos o tres veces al día. Sin embargo, diferentes tipos y estilos de tatuaje pueden requerir algunas precauciones adicionales (como el uso de cremas protectoras), por lo que lo mejor es consultar con el artista y escuchar sus consejos.