Las personas familiarizadas con el uso de suplementos alimenticios para la actividad deportiva conocerán de sobra la creatina, uno de los componentes más habituales en este tipo de productos.
En realidad, la creatina es una sustancia natural que produce nuestro cuerpo y que cumple varias funciones diferentes e importantes. Similarmente, se ha sugerido su uso para aliviar condiciones como los calambres musculares, la fatiga, la esclerosis múltiple (EM), la depresión y muchas otras condiciones, si bien la evidencia científica respecto a estas aplicaciones no resulta del todo concluyente.
Un suplemento seguro con dudas sobre su eficacia
Tal y como expone la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la creatina es un producto natural del organismo que participa en la producción de energía para los músculos, lo que explica que se encuentre en un 95% en el músculo esquelético (el que empleamos para mover, por ejemplo, las articulaciones.
Cuando se ingiere en forma de suplementos, se considera que es «posiblemente eficaz» para mejorar el desempeño atlético, para tratar los trastornos del metabolismo o transporte de la creatina, la fuerza muscular y la pérdida de masa muscular propia de la edad (sarcopenia). Por contra, se considera «posiblemente ineficaz» frente a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad de Huntington (una condición neurodegenerativa que afecta los movimientos,