De primero, crema fría de remolacha decorada con aceite cítrico, pistachos y brotes de amaranto. Como plato principal, un risotto de champiñones con escalopes de seta ostra rey. Y, de postre, tarta ópera con praliné y avellanas caramelizadas. Este menú, que parece sacado de la carta de un restaurante con estrella Michelín, fue el ofrecido en los Globos de Oro. Uno 100 % vegetal que ha consagrado a esta edición como la primera en ofrecer comida libre de productos animales.
La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, organizadora del evento, tomó la decisión de alimentar a sus invitados a base de plantas por motivos medioambientales. Según afirman en su web, esta iniciativa tenía como objetivo “concienciar sobre la necesidad de adoptar estilos de vida sostenibles”. Una determinación que de ningún modo puso en peligro la calidad de la comida servida. De hecho, Matthew Morgan, el chef ejecutivo del Hotel Beverly Hilton y responsable de la creación del menú, afrontaba con ilusión el reto y afirmaba estar entusiasmado con formar parte de esta “declaración de intenciones”.
Durante la rueda de prensa posterior a la entrega de premios, el galardonado como mejor actor, Joaquin Phoenix, contó que estaba “muy conmovido por la decisión de haber hecho un menú plant-based (con alimentos de origen vegetal)” y, tras señalar que la ganadería es una de las principales culpables de la emergencia climática, sentenció que nunca se había sentido «tan orgulloso de acudir a una ceremonia de premios”.
Este orgullo que sintió Phoenix por asistir a unos Globos de Oro con menú 100% vegetal no pudieron sentirlo las más de 20.000 personas que participaron en la COP25 el pasado mes de diciembre en Madrid. Porque en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático solo había un food truck vegano, lo que obligó a quienes querían alimentarse de manera sostenible a hacer siempre una larga cola.
Resulta irónico que en una conferencia sobre la emergencia climática la comida sea menos sostenible que en una entrega de premios de cine
El resto de la comida que circulaba por la COP25 distaba mucho de ser 100% vegetal.