El estrés puede afectarnos de múltiples maneras, y la piel no se libra de sus efectos nocivos. Tal y como explica a 20Minutos Jerónimo Ors, farmacéutico y director de la firma cosmética Paquita Ors, en estas circunstancias puede suceder que la piel se muestre muy reactiva y alterada, y provoque sensaciones de incomodidad y disconfort, «de que la piel no está cómoda con nosotros ni nosotros con ella».

«Esto», prosigue Ors, «es debido muchas veces a que ese estrés baja las defensas y hace que las terminaciones nerviosas de la piel alcancen un grado de excitación enorme. A su vez, esto provoca una alteración en el ecosistema de la piel».

Estas alteraciones, detalla, provocan sobrecrecimientos de una serie de hongos, virus y bacterias que en condiciones normales habitan de manera natural en nuestra epidermis pero sujetas a la acción de las defensas de la propia piel.

Cuando se dan estos sobrecrecimientos, uno de los problemas que aparecen más frecuentemente es la rosácea: una afección cuya incidencia además se ha visto multiplicada y agravada por la acción de la mascarilla, que irrita la piel y hace que los síntomas sean más severos.

Afortunadamente, se trata de estados de la piel que, como señala Ors, «tienen vuelta atrás: se estabilizan y se calman».

 » Leer más