El posible consumo de agua contaminada preocupa especialmente a las autoridades nacionales y autonómicas en la provincia de Valencia, a raíz de los efectos devastadores de la DANA, la acumulación de basuras y la rotura de múltiples tuberías. No en vano, el agua para consumo humano contaminada con microbios puede transmitir enfermedades graves como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis, según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, esta contaminación, según el organismo internacional. causa anualmente más de 500.000 muertes por enfermedades diarreicas en el mundo. El agua contaminada y un saneamiento deficiente, como el que ha azotado a la provincia de Valencia por los trágicos efectos de la DANA, son factores cruciales en la transmisión de estas enfermedades, afectando gravemente la salud pública.
La OMS destaca que la falta de servicios de agua y saneamiento, o su gestión inapropiada, expone a la población a riesgos sanitarios evitables. Esto es especialmente crítico en establecimientos de salud sin servicios adecuados, como en estos momentos gran parte de la provincia de Valencia tras las riadas, donde tanto pacientes como profesionales están en mayor riesgo de contraer infecciones.
Además, el agua subterránea puede contener productos químicos nocivos como arsénico, fluoruros y plomo, derivados de la lixiviación de tuberías de conducción.