Morderse las uñas es una mala costumbre que posee mucha gente y, aunque puede parecer algo inofensivo, esta práctica puede acarrear algunos problemas de salud para el cuerpo, dependiendo de la frecuencia y la intensidad con la que se muerdan las uñas.

Onicofagia es el nombre que recibe esta práctica, es decir, las personas que se muerden las uñas, ya sea por manía o por un motivo emocional o conductual, tienen onicofagia, una situación que, en ocasiones, puede necesitar de ayuda psicológica profesional, tal y como informan desde la Sociedad Española de Medicina Interna.

Esta afección puede surgir por múltiples motivos, entre los que se encuentran la imitación, algo que se da en la infancia, también por baja autoestima o timidez, así como por problemas de ansiedad o nerviosismo, el cual se canaliza a través de esta práctica compulsiva de comerse las uñas.

Tal y como señalan desde el centro de psicología Cepsim, las personas que padecen onicofagia pueden identificarse porque repiten la conducta, es decir, se muerden las uñas constantemente y de forma automatizada. Además, ocultan sus manos constantemente para no mostrar las heridas y por vergüenza y, por último, mostrarán nerviosismo por la necesidad de morderse las uñas.

Este tiene consecuencias en el cuerpo y en la mente y puede afectar a numerosos ámbitos de la vida.

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