Vacunar al mayor porcentaje de la población mundial en el menor tiempo posible. Es el mantra que ha guiado al planeta desde hace más de un año, cuando estalló la pandemia de COVID-19 y los científicos se afanaron en desarrollar un suero contra la enfermedad. Sin embargo, el proceso no es sencillo. El camino hacia la ansiada inmunidad de rebaño se ha revelado plagado de obstáculos, entre ellos, los trombos sufridos por personas que recibieron los preparados de AstraZeneca y Janssen. Ahora, los investigadores han descrito estos «rarísimos» problemas de coagulación bajo un nombre: ‘Vipit’.

Se trata del síndrome de trombocitopenia protrombótica inmune inducida por vacuna, bautizado con el acrónimo ‘Vipit’, por sus siglas en inglés. Este trastorno es un fenómeno inmunológico «absolutamente excepcional» por el que el organismo activa unos anticuerpos que provocan que las plaquetas se agreguen, reduzcan su número en la sangre y aumente la predisposición a sufrir la formación de coágulos, explica David Vivas, coordinador del Grupo de Trabajo de Trombosis Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Fue un grupo de expertos alemanes de la Universidad de Greifswald, liderado por Andreas Greinacher, el primero en proponer la denominación ‘Vipit’ para este trastorno, tras analizar la detección de trombos en individuos inmunizados con AstraZeneca en varios países de la Unión Europea.

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