A muchos el término les dirá más bien poco pero quienes tengan una cierta edad recordarán perfectamente una de las más célebres escenas de la película Nueve semanas y media en la que Kim Basinger y Mickey Rourke daban rienda suelta al placer jugando y embadurnándose con comida frente a la nevera. Esta práctica recibe el nombre ‘sitofilia’ o ‘food play’ (juego de comida en inglés) y se refiere al fetichismo sexual en el que se mezcla el erotismo y la comida.

Arola Poch, sexóloga de la plataforma Wyylde, aclara que la sitofilia no tiene nada que ver con los alimentos afrodisiacos cuya efectividad, por cierto, deja en entredicho: “A la canela, las ostras, las fresas o el chocolate se les atribuyen poderes mágicos para aumentar la libido y mejorar el rendimiento sexual, pero la evidencia científica es apenas inexistente“.

La experta explica que algunos alimentos contienen fenitelamina y anandamina, que estimulan la generación de dopamina y endorfinas, hormonas de la felicidad, el placer y presentes en el deseo sexual. O bien zinc o vitamina C, que estimulan el riego sanguíneo. Pero la cantidad de estas substancias es tan poca que el efecto es inexistente. “Otra cuestión es la sugestión que cada cual pueda hacerse al ingerir determinados alimentos ya que el efecto placebo sí está demostrado”,

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