En España, alrededor de un 20% de los menores de 14 necesita gafas, ya sea para corregir problemas de la vista, como hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, como enderezar los ojos cuando hay estrabismo, para el ojo vago, etc. Cuando estos problemas se detectan a muy temprana edad, que es lo ideal, el principal inconveniente con el que se encuentran los padres es conseguir que los niños lleven las gafas correctamente, que no se las quiten, que sean resistentes y que, en caso de romperse, no resulten peligrosas para ellos.
Conseguir las gafas ideales para cada niño no es fácil, pues a la hora de escoger las más adecuadas apara los niños, hay algunas cuestiones a tener en cuenta.
En esta cuestión, hay bastante consenso, y los cristales para apropiados para los niños son los que están hechos a base de materiales orgánico, como el policarbonato. El motivo es que son mucho más seguras, pues no se astillan, ligeras y resisten bastante los impactos. El único inconveniente es que se rayan con más facilidad, pero se puede resolver -o hacer que se rayen con menor facilidad- con un tratamiento antirayaduras. También es recomendable que sean antireflejantes y, si la graduación es alta, optar por el cristal más reducido posible.
La lección de la montura es una de las más difíciles debido a la gran variedad de opciones y a que hay que tener en cuenta varios factores,