A priori nadie puede negar que la organización es una de las claves del bienestar emocional. Aunque haya personas que se sientan a gusto en el caos, en la práctica no es compatible con el ritmo actual de vida, donde los tiempos se acortan y el estrés manda más de lo deseado. La ciencia ha demostrado cómo la vida mejora notablemente si ordenamos nuestro hábitat vital y laboral, cuestión que cobra aún más importancia teniendo en cuenta el aumento del teletrabajo en España tras la pandemia.
En líneas generales, los expertos que analizan las consecuencias emocionales e incluso físicas de la desorganización apuntan al agotamiento que, de forma más o menos consciente, afecta a las personas desordenadas. Ese cansancio se deriva de diversas situaciones que generan un esfuerzo extra en la vida diaria, como buscar y rebuscar cosas perdidas, llegar tarde a las citas u olvidar compromisos, por ejemplo.
Además de estos síntomas un poco más evidentes, en el plano de la salud mental la ciencia ha evidenciado otros a tener en cuenta, como los problemas de memoria y un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo. Así se indica en un estudio que relaciona el desorden con menor sensación de bienestar, felicidad y seguridad .
La organización disminuye el estrés
Para averiguar exactamente cómo el desorden provoca que no sintamos bienestar,