La historia de la medicina está plagada de grandes hitos que han cambiado el curso de la humanidad. Entre ellos podemos encontrar la mejora de la asepsia en las cirugías, una mejor y de mayor calidad atención al embarazo y el parto o el desarrollo de los antibióticos.
Sin embargo, para poder demostrar la eficacia de estas medidas, suelen requerirse años y años en los que poco a poco se acaba demostrando que la medida implementada es realmente efectiva y supone un claro beneficio para la salud, tanto individual como poblacional.
Por todos es sabido que las vacunas son otro de estos grandes descubrimientos, ya que, gracias a ellas, somos capaces de defendernos contra infecciones muy graves que, en muchos casos, podrían en peligro la vida de quien las sufre.
A pesar de ello, existe una enfermedad que pone en jaque a los servicio de pediatría de cualquier hospital. Se trata de la bronquiolitis, una infección provocada por un virus, en concreto el virus respiratorio sincitial (VRS) en cerca del 90% de los casos, y que da lugar a cuadros de dificultad respiratoria en los niños de menor edad durante los meses fríos del año (en España de octubre a marzo).
El VRS en la población adulta suele dar lugar a catarros sin gran importancia,