En pleno otoño, el resfriado empieza a tocar a la puerta, más leve o más latoso, y en España pensamos inmediatamente en el remedio de la abuela: miel y cítricos, sobre todo naranja y limón. Alimentos sin duda excelentes para aliviar ciertos síntomas, pero no lo son tanto para ayudar al sistema inmunológico a hacer frente a la embestida de un virus. Las hojas verdes también contienen beneficios en este sentido.
La publicidad nos ha enseñado que la vitamina C es la clave para combatir el resfriado, de ahí la relación mental inmediata con los cítricos pero, ¿hay evidencia científica? Como vitamina, debe estar presente en nuestra dieta habitual, si bien es cierto que su capacidad de prevención sobre el resfriado no está probada. Sí que hay ciertos indicios sobre la posibilidad de que disminuya el tiempo del resfriado sempre que se tome antes de que este empiece.
El gran aporte vitamínico de las espinacas
Entre las verduras más nutritivas que destacan en la Harvard Medical School, se encuentran las espinaca en las primeras posiciones, junto a la col rizada, la lechuga romana, los berros o la rúcula. Todas ellas tienen en común una combinación excepcional de vitaminas (A, C, K, B, E) y minerales,