La anosmia, cefaleas específicas y los ictus, que pueden sufrir entre el 1% y el 2% de los pacientes hospitalizados, son las consecuencias neurológicas más graves del SARS-CoV-2
La anosmia, cefaleas específicas y los ictus, que pueden sufrir entre el 1% y el 2% de los pacientes hospitalizados, son las consecuencias neurológicas más graves del SARS-CoV-2
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