Una mayor inflamación en la adultez temprana, sobre los 20 años, se relaciona con un menor rendimiento en pruebas de habilidades en la mediana edad, es decir, sobre los 40 años. En concreto, los adultos jóvenes que tienen niveles más altos de inflamación, que se asocia con la obesidad, la inactividad física, las enfermedades crónicas, el estrés y el tabaquismo, pueden experimentar una función cognitiva reducida en la mediana edad, según ha descubierto un nuevo estudio de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) que se publica en ‘Neurology’.

Los investigadores habían vinculado anteriormente una mayor inflamación en los adultos mayores con la demencia, pero este es uno de los primeros estudios que relaciona la inflamación en la adultez temprana con capacidades cognitivas más bajas en la mediana edad. «Sabemos por estudios a largo plazo que los cambios cerebrales que conducen a la enfermedad del Alzheimer y otras demencias pueden tardar décadas en desarrollarse», comenta la primera autora Amber Bahorik del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la UCSF, y el Instituto Weill de Neurociencias, Estados Unidos.

«Queríamos ver si los hábitos de salud y estilo de vida en la adultez temprana pueden desempeñar un papel en las habilidades cognitivas en la mediana edad, lo que a su vez puede influir en la probabilidad de demencia en la vida posterior».

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