Las últimas previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a que en 2050 los casos de cáncer habrán crecido un 77 por ciento en todo el mundo con respecto a las cifras actuales. Una mala noticia que nos debe hacer reflexionar sobre qué hábitos cotidianos podríamos modificar para sortear unas estadísticas que, por ejemplo, en el caso del cáncer de mama hablan de una de cada ocho mujeres afectadas.
La incidencia de los factores ambientales en el desarrollo de las células tumorales no es, a día de hoy, ninguna novedad. La ciencia ha constatado que además de la predisposición genética, las posibilidades de sufrir un cáncer se incrementan exponencialmente al mantener hábitos que resultan perjudiciales para la salud.
En cuanto a los tipos de cáncer, la OMS ha identificado los diez más prevalentes en la población mundial y que han supuesto dos tercios de los nuevos casos y muertes en todo el mundo en 2022. Por orden de incidencia serían: el cáncer de pulmón, de mama, colorrectal, próstata y estómago.
En la comunidad científica hay una preocupación patente por el aumento de casos entre la población más joven: su incidencia en menores de 50 años ha experimentado un aumento del 79 por ciento en las últimas tres décadas.