Cuando aún no se hablaba de relaciones tóxicas, allá por los años noventa, un grupo de psicólogos estadounidenses liderados por John Gottman intentó descifrar esa fase en la que el respeto y el cariño que se profesa una pareja desaparece hasta acercarse de forma peligrosa al precipicio de la separación. En esa cascada de emociones y acciones negativas, que ahora llamamos tóxicas, aparecen cuatro comportamientos que continúan con vigencias tres décadas después.
La violencia psicológica ha sido durante décadas una cuestión privada, y no solo se quedaba de puertas para adentro sino que tampoco se comentaba con familiares, amistades o terapeutas, por miedo y/o vergüenza. No existía una conciencia social y cultural sobre los límites ni las formas que no se deben tolerar en nombre del amor.
Para explicar su teoría, que contempla cuatro fases de comportamientos nocivos, Gottman recurrió a la metafóra de los Cuatro jinetes del Apocalipsis. Este profesor de la Universidad de Washington, célebre desde entonces por su aportación, llegó incluso a cifrar el porcentaje de posibilidades de ruptura para una pareja que identifique las actitudes señaladas: un 94 por ciento. Una realidad que en 2023, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se ha materializado en España en 76.685 divorcios,