Es difícil de imaginar que el organismo realice cualquier actividad importante mientras dormimos, y no hay una sino varias: la respiración, la función cerebral, el ritmo cardíaco, la temperatura o la función metabólica se adaptan a los ciclos de sueño, de ahí la importancia de un descanso regular. Objetivo deseable en España para el 48 por ciento de la población adulta y el 50 por ciento de la infantil que, según las estimaciones, no tiene un sueño de calidad.
El control del peso corporal pasa indefectiblemente por el ejercicio físico y mantener una dieta saludable, entendiendo ésta como un conjunto de pautas que no pueden obviar la cena. De hecho, la actividad hormonal que el organismo realiza durante el sueño es directamente proporcional a la mayor o menor calidad de éste: se produce más insulina y cortisol y esto deriva en que el cuerpo almacene calorías adicionales que viajan directamente al abdomen en forma de grasa.
Siguiendo con hormonas, es interesante incluir en la cena alimentos ricos en proteínas porque serán también ricos en triptófano, aminoácido que estimula la melatonina y aumenta la producción de serotonina. La primera regula el ciclo de sueño y la segunda influye en el apetito, por lo que el mayor equilibrio entre ambas asegurará un descanso de calidad.