La distribución de las vacunas contra la covid-19 ha evidenciado, una vez más, que en salud el código postal es más importante que el código genético. Mientras que hay países como Canadá que ya han reservado una cantidad de dosis suficiente como para inocular hasta cinco veces su población, y la Unión Europea ha adquirido vacunas para asegurarse la protección del 227% de sus habitantes, otros países como India apenas han accedido a una cantidad suficiente como para vacunar al 8% de su ciudadanía -a pesar de que son productores de viales-, según los datos que semanalmente recopila el Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke (EE UU).
Estas cifras conducen a «profundas desigualdades» a nivel global: los países de ingresos altos tienen actualmente 4.600 millones de dosis confirmadas; los países de ingresos medio-altos tienen 1.500 millones de dosis; los países de ingresos medio-bajos, 703 millones de dosis; y los países de ingresos bajos disponen de 670 millones de dosis.
Los investigadores de la Universidad de Duke consideran que este 2021 se podría alcanzar la inmunidad grupal a nivel global (al menos el 70% de la población) y superar así la pandemia de la covid si los fabricantes consiguen su objetivo de producir más de 12.000 millones de dosis este año y si esas dosis «se compran y distribuyen de manera equitativa entre la población mundial».