La contaminación por microplásticos se ha convertido en un fenómeno prácticamente ubicuo en el espacio que habitamos, sin que aún seamos capaces de comprender del todo el modo en el que puede afectar a nuestro medio ambiente y a nuestra salud. Por ahora, eso sí, ya hemos documentado que estas diminutas partículas llegan a estar presentes en partes tan íntimas de nosotros mismos como son nuestra sangre, nuestros testículos, la placenta humana o el cerebro; existen estimaciones incluso que apuntan a que cada persona ingiere entre 78.000 y 211.000 partículas de micro plásticos cada año.
También, tenemos indicios que sugieren que la presencia de microplásticos en nuestros efectos podría estar asociada con enfermedades como las cardiovasculares, ciertos trastornos pulmonares o incluso el cáncer. Ahora, un nuevo estudio publicado en el medio especializado de alto impacto Nature Medicine ha encontrado que la acumulación de microplásticos en el cerebro es mucho mayor que la que se produce en órganos como el hígado o los riñones, y que las personas diagnosticadas con demencia podrían tener niveles muy superiores a los que tienen las personas sin la condición.
Microplásticos en el cerebro
Concretamente, en esta ocasión los autores de la investigación analizaron muestras post-mortem de tejido cerebral,