La inflamación es una respuesta inmune y, por tanto, indica que el sistema inmunológico está reconociendo algún elemento como una amenaza. En casos puntuales, como infecciones, resulta muy útil y protege nuestra salud.

El problema, no obstante, aparece cuando la inflamación persiste en el tiempo y se cronifica, incluso cuando no existe una verdadera amenaza para el organismo. De hecho, muchas enfermedades graves y crónicas están íntimamente ligadas al fenómeno de la inflamación crónica, como son el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la artritis, la depresión y el alzhéimer.

Alimentos inflamatorios

Como explica la Universidad de Harvard, muchas las cosas con las que nos encontramos diariamente que pueden provocar esta respuesta inmune; entre ellas, algunas de las más relevantes son ciertos alimentos. Para las personas que padezcan problemas relacionados con la inflamación crónica, son fáciles de evitar y por tanto pueden ser la clave para lograr importantes mejorías.

Así, algunos de los alimentos que se sabe que provocan inflamación incluyen los carbohidratos refinados, como el pan blanco o la bollería; las comidas fritas, como las patatas fritas; los refrescos carbonatados y azucarados; las carnes rojas y procesadas; y ciertas grasas como la mantequilla y la margarina.

No resulta una sorpresa que estos alimentos se consideren generalmente malos para la salud. Y es que,

 » Leer más