El aire que respiramos en los garajes subterráneos puede ser más peligroso de lo que imaginamos. Dado que los vehículos emiten gases como monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM), que permanecen en el aire, los garajes pueden acumular altos niveles de contaminación. Cuando la ventilación es insuficiente, la situación empeora, haciendo que los contaminantes superen los niveles óptimos para la salud.
Gases peligrosos en garajes
En concreto, el monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro e inodoro que puede causar síntomas como dolores de cabeza, mareos y envenenamiento grave en concentraciones altas. Por su parte, los óxidos de nitrógeno incluyen el dióxido de nitrógeno (NO₂) y el óxido nítrico (NO). Estos gases son subproductos de la quema de combustibles fósiles y están asociados con problemas respiratorios y cardiovasculares.
En cuanto a las partículas finas (PM), se trata de pequeñas partículas suspendidas en el aire que pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar también problemas respiratorios y cardiovasculares.
Estudios y regulaciones
La mayoría de los estudios que han investigado la calidad del aire en garajes subterráneos concluyen que los niveles de contaminantes son más altos que en espacios abiertos. Aunque existen regulaciones para estos contaminantes, muchos aparcamientos no cumplen con ellas debido a la falta de ventilación y la ausencia de controles regulares.