Lo primero que hacen muchas personas cuando se levantan por la mañana es tomarse un café. Pero, aunque sea el principal ingrediente del desayuno… ¿es lo primero que debemos consumir por la mañana?
La doctora Deborah Lee, experta en sueño residente en Get Laid Beds, ha revelado en un reportaje publicado por el Daily Mail que el momento en que servimos un café tiene tanto impacto como la cantidad que bebemos.
Según Lee, todo tiene que ver con la cantidad de cortisol en nuestro cuerpo. También conocida como la ‘hormona del estrés’, los niveles de cortisol alcanzan su punto máximo entre 30 y 45 minutos después de despertarnos, antes de disminuir gradualmente a lo largo del día.
Durante el período de máximo nivel de cortisol, el cuerpo se encuentra naturalmente en su punto más alerta y concentrado, por lo que no conviene ni es necesario aumentar ese estado de alerta con cafeína, que estimula la energía, hasta que el nivel comience a disminuir.
Eso ocurre dos o tres horas después de despertarnos, o al menos 45 minutos después, cuando el nivel comienza a disminuir.
«Si eres de los que se despierta alrededor de las 7:00, por ejemplo», explica Lee, «tomar tu primer café alrededor de las 10:00 o 12:00 será cuando tu cuerpo y tu mente lo agradecerán más y obtendrás los mayores beneficios de la cafeína».