¿Es posible mantener una relación sana de pareja donde nunca haya discusiones? ¿Debería ser la pauta habitual a seguir o se trata, sencillamente, de una utopía? La ciencia ha hablado al respecto y un estudio llevado a cabo en 2015 por The Gottam Institute – centro especializado en psicoterapia de pareja y familia- determinó que las parejas que discuten tienen una relación más sana y fuerte.
Llegados a este punto sería preciso diferenciar, obviamente, la discusión de la pelea. Si se entiende por discusión de pareja una conversación en la que hay voluntad de llegar a un acuerdo que beneficie y convenza a ambas partes, en la que exista concordia y respeto, y en la que se utilizan argumentos sólidos; vamos por el buen camino. Por el contrario, si el acuerdo queda relegado un segundo plano y lo único qué se busca es tener la razón, se sacan a relucir quejas y reproches ajenos al asunto principal, se producen faltas de respeto o gritos, con toda probabilidad el resultado final sea nefasto.
Al respecto, el psicólogo clínico Joshua Klapow, en unas declaraciones para el medio norteamericano Elite Daily, da un paso más allá afirmando que lo realmente importante es el motivo o la razón por la que una pareja nunca discute. «Hay algunas parejas que rara vez discuten porque comunican sus deseos,