Hay una falsa creencia que asocia los dolores articulares y/o óseos a la tercera edad, y nada más lejos de la realidad. Afecta a personas de todas las edades y manifiesta como consecuencia de una lesión, una ruptura de ligamento o el desgaste de un cartílago. El sobrepeso, la falta de ejercicio o la práctica de un deporte son factores de riesgo para ese deterioro. La buena noticia es que podemos prevenirlo con alimentación y con la variedad de frutas y verduras de las que disponemos en España lo tenemos realmente fácil.
Además del deterioro natural que sufre el organismo con el paso del tiempo y que obviamente afecta también a la producción de colágeno, hay otros condicionantes que aceleran el desgaste del colágeno en la rodilla, como la exposición al sol irresponsable, el tabaquismo o una dieta no saludable.
El colágeno es una proteína que estructura y mantiene diversos tejidos, como tendones, ligamentos, piel, córnea y huesos. En el ser humano se han identificado hasta 28 tipos diferentes, distinguidos en fibrilares y no fibrilares. Cuando se resiente, aparecen las molestias: nuestra piel y nuestras extremidades lanzan la llamada de socorro. Por otro lado, hay enfermedades crónicas como la artritis o la gota cuyo desarrollo contribuye al deterioro del cartílago.