En un afán por etiquetarnos permanentemente en España, el somatotipo es una teoría que vuelve a salir a la palestra, y que reduce los estándares corporales a tres grandes clasificaciones. En función de ellos, se establece un tipo de personalidad y necesidades. Una simplificación fácil de reconocer que, sin embargo, está cargada de modelos híbridos que se componen de rasgos mixtos, puesto que cada ser humano es único e intransferible.

También denominada psicología constitucional, esta tendencia nació en 1940 de la mano del psicólogo norteamericano William Herbert Sheldon, que relacionaba los tipos de cuerpos humanos con tipos de temperamentos. Sheldon los denominó según las tres capas germinales del desarrollo embrionario: el endodermo (que se desarrolla dando lugar al tracto intestinal), el mesodermo (que se convierte en músculos, corazón y vasos sanguíneos), y el ectodermo (que posteriormente forma la piel y el sistema nervioso).

1. Cuerpo endomorfo: extrovertidos con facilidad para ganar peso

Los rasgos de personalidad que se asocian con las personas que tienen cuerpo endomorfo tienen que ver con comportamientos extrovertidos, amigables, y afectuosos, con cierta tendencia al egoísmo también.

La complexión que va implícita en esta clasificación es baja estatura, corpulencia y una destacable facilidad para ganar peso pero también masa muscular. La cintura suele ser ancha,

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