Más de 75.000 personas padecen en España lupus eritematoso sistémico, según los últimos datos disponibles. Esta misteriosa patología es de carácter autoinmune: en esencia, es el sistema inmune el que ataca al propio cuerpo del paciente, en algunos casos provocando daños muy graves.
El problema es que hasta la fecha los científicos no han sido capaces de identificar qué es lo que desencadena esta reacción inmune, y por tanto las opciones para tratarlo o prevenirlo son muy limitadas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature ha presentado ahora una nueva teoría sobre el origen de la enfermedad que podría incluso ofrecer las claves para posibles nuevos tratamientos.
Aumento anormal de ciertas células T
Esta conclusión es el resultado de comparar y experimentar con muestras de sangre de 19 pacientes con lupus y de 19 personas sanas. Sobre estas muestras, los autores del trabajo practicaron complejas técnicas de biología molecular, incluyendo edición genética mediante la herramienta CRISPR y un enfoque especializado para la secuenciación del ácido ribonucleico, similar al ADN y presente en todas las células.
Para entender los hallazgos, es preciso saber que en nuestro cuerpo existen muchos tipos de células inmunes; entre los que destacan las células B y T. Estas últimas,