El estado de salud del Papa Francisco sigue en boca de todos. El pasado viernes 14 de febrero el pontífice ingresó en el hospital Agostino Gemelli para realizar unos exámenes diagnósticos necesarios y continuar con su tratamiento para una bronquitis que sufría desde hace varias días. Sin embargo, fue el lunes siguiente cuando el Vaticano admitió que su cuadro clínico era «complejo».

«Han demostrado una infección polimicrobiana del tracto respiratorio que ha obligado a modificar aún más la terapia», reconocía la Santa Sede. A pesar de ello, el comunicado indicaba que se encontraba estable, sin fiebre y siguiendo con el tratamiento prescrito. A lo largo de estos días, su salud ha ido empeorando y sumando otro tipo de dolencias a la ecuación.

La infección polimicrobiana y la bronquitis del Papa Francisco

Como decimos, en los primeros días del Papa Francisco en el hospital se supo que sufría una infección polimicrobiana y una bronquitis. La primera de ellas es una enfermedad de las vías respiratorias que está provocada por la presencia de diversos microorganismos patógenos. Este tipo de infecciones pueden conllevar la presencia de virus, bacterias, hongos o parásitos, dependiendo del caso.

Los síntomas van a depender de los agentes que estén presentes y hay que tener en cuenta que los diferentes microorganismos pueden potenciar una gravedad de la afección.

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